Última Hora, 13 de juliol de 2013
El Palmeral de Cala en Blanes de Ciutadella acoge hoy, a partir de las 13.00 horas, la fiesta del jazz en Menorca con el XI Vega Jazz, tradicional picnic musical organizado por el festival Jazz Obert. «Además de una fiesta, cuya ánima del evento es David Benejam, el miembro más joven de la junta, también es un homenaje al músico menorquín», describe Ignasi Mascaró, presidente de la asociación Jazz Obert Associació d’Alligàtors.
Cuatro grupos participan en este encuentro, antesala del festival internacional, que por segundo año consecutivo recupera su calendario otoñal, entre septiembre y octubre. El jazz de Menorca se identifica en este Vega Jazz por cuatro grupos, Trobàsstrio (Josep Lluís Pons, trompeta; Pere Arguimbau, guitarra; y Jaume Coll, contrabajo); Minya Jazztrio, proyecto multicultural con Alon Celnik (Israel), batería; José Gomez (Barcelona), bajo; y Marc Cortès (Mallorca), piano; Vermú, la voz de Aurora García; Guillem Jodar guitarra y voz; Joan Comaposada, bajo y voz; Guillem Pons, batería. Y Glacé, cuya actuación refrescará el día con su repertorio de jazz-soul a cargo de la voz de Anna Ferrer; Elsa Perches, voz y piano; Carlos Buenaventura, contrabajo y Moisès Pelegrí, percusionista de referencia en la Isla.
A partir de septiembre, y como en la pasada edición, el Festival Internacional de Jazz reinicia su calendario en otoño, con cuatro actuaciones, «continuando con el homenaje a los músicos de Menorca con Marco Mezquida».
La reducción de ayudas institucionales, limitada a la aportación del Consell, ha obligado a eliminar de la programación a las grandes figuras del jazz internacional, «al nivel de festivales com el de San Sebastián, para ofrecer menos conciertos pero con un resultado digno». Su continuidad, «aunque con problemas, es gracias a los patrocinadores privados, como Imperdeco; a la fidelidad de los socios;, y al equipo humano de la Junta, amigos todos ellos». Actualmente Jazz Obert es de los pocos festivales que no se ha convertido en empresa, «hecho que sorprende a los músicos y lo valoran». El resultado es una programación adaptada, ajustadas en precios y con propuestas que consiguen hacer que el jazz forme parte de nuestro día a día.